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miércoles, 22 de febrero de 2012

Estrategias para incrementar la eficiencia reproductiva del hato lechero


Introducción 

El enfoque de manejo reproductivo moderno se basa en incrementar el número de oportunidades para la producción de preñeces de una manera eficiente en una población de vacas elegibles. Obviamente la condición mínima para lograr producir una preñez es que la vaca sea inseminada adecuadamente cerca al momento de la ovulación. Esto es lo que representa una oportunidad para producir una preñez. Si la vaca no es expuesta asemen, bien sea porque expresó celo y no se detectó, o porque ovuló y no expresó celo, o porque simplemente no está ciclando, no tendremos la oportunidad de producir una preñez en esa vaca. Pero entonces, ¿cómo se pueden crear más oportunidades para producir preñeces? Prácticamente hay dos opciones principales. La primera opción es incrementar la eficiencia en la detección de celos para aprovechar al máximo las oportunidades que la vaca naturalmente ofrece cuando entra en calor. La segunda opción es crear las oportunidades a través de la manipulación del ciclo estral y la inseminación a tiempo fijo (IATF). En la mayoría de los casos la combinación de una detección de celos eficiente y un programa de IATF con buen cumplimiento, es la respuesta al manejo reproductivo del hato. Obviamente para que un programa reproductivo sea exitoso muchos factores tiene que interactuar de una manera ideal (figura 1).
Figura 1. Diagrama de flujo indicando algunos de los factores que influyen en la producción de preñeces.

El objetivo de este documento es examinar algunas herramientas que actualmente se usan en manejo reproductivo del hato lechero; para esto este manuscrito se ha dividido en dos partes principales: herramientas para la manipulación del ciclo estral e implementación de programas reproductivos.

Manipulación del ciclo estral 


Ovsynch: El protocolo Ovsynch (Pursley et al., 1995) sincroniza el desarrollo folicular, la regresión lútea y la ovulación de modo que la inseminación artificial puede efectuarse a tiempo fijo sin necesidad de detección del celo (Figura 2). La primera hormona que se incorpora en este protocolo es GnRH (100 μg) con la cual se busca inducir una ovulación. Una vez la vaca ovula se forma un nuevo cuerpo lúteo y se estimula el crecimiento de una nueva onda folicular. Siete días después la segunda hormona del protocolo es prostaglandina (25 mg) con la cual se busca inducir la regresión del cuerpo lúteo. Dos días después se incorpora la tercera hormona del protocolo la cual es GnRH (100 μg) y con la cual se busca inducir la ovulación de un folículo que para ese momento debe tener alrededor de 9 días de edad. La inseminación a tiempo fijo se recomienda 16 a 24 horas después del último tratamiento con GnRH. Los resultados obtenidos con este protocolo son en la mayoría de los casos similares a los obtenidos cuando las vacas se inseminan a celo natural. Actualmente existen muchas variaciones de este protocolo las cuales buscan optimizar sus resultados.
Figura 2. Protocolo Ovsynch.

Presincronización: A través de investigaciones realizadas con Ovsynch se descubrió que el estado del ciclo estral en el cual las vacas se encuentran al comienzo del protocolo (cuando reciben el primer GnRH) tiene un efecto en los resultados. Se descubrió que cuando las vacas están entre los días 5 al 12 del ciclo al inicio de Ovsynch se obtienen mejores resultados. Entonces la pregunta en ese momento fue ¿cómo podemos tener la mayoría de las vacas en ese estado del ciclo estral al inicio de Ovsynch? La respuesta a esta pregunta fue lo que originó el concepto de la presincronización.

Figura 3. Protocolo de presincronización con dos tratamientos de prostaglandina.

La presincronización incorpora el uso de dos prostaglandinas administradas 14 días aparte. Generalmente cuando un grupo de vacas ciclantes reciben estas dos prostaglandinas un gran porcentaje de ellas (cerca al 90%) vienen en calor la semana siguiente (días 2 al 7) después de la segunda prostaglandina. Si se inicia Ovsynch 14 días después de la segunda prostaglandina, entonces aquellas vacas que vinieron en calor temprano (día 2 después de la segunda prostaglandina) van a estar aproximadamente en el día 12 cuando reciban el primer GnRH de Ovsynch. Similarmente, aquellas vacas que vinieron en calor tarde (7 días después de la segunda prostaglandina) van a estar aproximadamente en el día 7 del ciclo cuando reciban el primer GnRH de Ovsynch. De esta forma la presincronización sincroniza las vacas en la fase adecuada del ciclo estral al comienzo de Ovsynch. Obviamente, en una situación en la cual se puede hacer una detección eficiente de celos la presincronización ofrece la oportunidad para hacerlo de manera organizada y al mismo tiempo optimiza los resultados de Ovsynch.
En general existen varios protocolos de sincronización y no existe uno que se pueda aplicar universalmente a todas las explotaciones lecheras. En éste documento revisamos únicamente los más comúnmente usados. Es importante notar que existen varias variaciones de estos protocolos en cuanto al intervalo de tiempo cuando se aplican las hormonas y el tiempo de la inseminación.


Implementación de programas reproductivos 


Control de la variación en DEL a la primera IA: Como ya se mocionó anteriormente la condición mínima para lograr producir una preñez es que la vaca sea inseminada adecuadamente cerca al momento de la ovulación. Una vez se ha establecido el periodo voluntario de espera para la lechería, el cual es una decisión de manejo que tradicionalmente varía entre 50 y 70 días en la mayoría de los hatos; la vaca es elegible para recibir la primera IA al final del mismo. Desafortunadamente muchas vacas no reciben su primera IA posparto hasta después de los 100 días en leche (DEL) como lo muestra el siguiente ejemplo.


Figura 4. Distribución de días en leche a la primera inseminación. Esta gráfica muestra la distribución típica de un hato que basa su manejo reproductivo únicamente en la detección visual de celos.

En esta lechería cada uno de los puntos representa la primea IA de cada vaca elegible durante un periodo de un año. En el eje Y están los DEL cuando las vacas fueron inseminadas por primera vez y en el eje X la fecha de parto. Una línea horizontal en los 100 DEL representa la meta para la cual este productor asumía que todas sus vacas habían sido inseminadas al menos una vez después del parto. En este hato casi un tercio de las vacas recibieron la primera IA después de los 100 DEL. Esta gráfica representa la distribución de DEL al primer servicio de una lechería que basa su manejo reproductivo exclusivamente en detección visual de celo. Las vacas que no cumplieron la meta fueron vacas que estaban ciclando y no las detectaron en celo, o estaban ciclando y no expresaron celo, o simplemente no estaban ciclando. Independientemente de la razón estas son vacas en las cuales no tuvimos oportunidades de producir preñeces antes de los 100 DEL. La pregunta ahora es ¿cómo puedo garantizar que la mayoría de las vacas elegibles reciban la primera IA antes de la meta, por ejemplo para antes de los 100 DEL? La respuesta es inseminación a tiempo fijo como lo demuestra la información del mismo hato durante el año siguiente.


Figura 5. Distribución de días en leche a la primera inseminación. Esta gráfica muestra la distribución típica de un hato en el cual se combina la detección visual de celos con presincronización e IATF.

Re enrolamiento o re sincronización: Una vez las vacas han sido inseminadas por primera vez el paso a seguir es identificar prontamente las vacas que no concibieron. Estas vacas deben ser re inseminadas (re enroladas o re sincronizadas) rápidamente. Es importante recordar que la idea principal de manejo reproductivo es crear oportunidades para producir preñeces rápidamente y estas vacas no preñadas representan la población ideal para crear oportunidades. La otra fuente de vacas no preñadas que se pueden incluir en el programa de re enrolamiento son las vacas que abortaron y son elegibles nuevamente para la producción de preñeces. La gráfica número 6 muestra algunos de los protocolos comúnmente usados para re sincronizar vacas no preñadas. De ésta gráfica las opciones que actualmente se recomiendan son las últimas tres en las que se incluye Ovsynch y en las que se garantiza que todas las vacas elegibles son re inseminadas de una manera eficiente.

Figura 6. Protocolos potenciales de re sincronización.

Resumen 
Para obtener eficiencia reproductiva en los hatos lecheros actuales, en los que hay una mayor dificultad para detectar las oportunidades de generar preñeces debido a que los patrones de manifestación de celo han cambiado, haciendo más difícil determinar cuáles vacas se encuentran cercanas a la ovulación; se tiene que  optimizar la detección de celos, por un lado, pero también recurrir, en la mayoría de los casos, a herramientas apropiadas de manipulación del ciclo estral que nos liberen de la necesidad de detectar forzosamente el celo de la vaca para poder exponerla a semen. La sincronización de la ovulación nos permite generar oportunidades de concepción y saber, con suficiente precisión, el rango aproximado de horas en que la vaca tratada va a ovular y por ende nos permite exponerla a semen con probabilidad de concepción casi igual a las de un celo natural.
El gran reto es lograr preñar por lo menos una de cada cinco "vacas elegibles para servicio" que tengamos en cada período de 21 días (20% de Tasa de Preñez  por ciclo) y si tomamos en cuenta que, en las condiciones actuales, es difícil superar un 35% de tasa de concepción; nos vemos en la necesidad de inseminar por lo menos el 60 - 65% de las vacas elegibles, de otra forma no se logra la meta. Lograr exponer a semen esa proporción de las vacas elegibles, utilizando únicamente la detección de celos naturales, es sumamente difícil, por lo que se tienen que implementar programas reproductivos que nos permitan lograr mayor eficiencia en las dos etapas reproductivas: 1) Hasta lograr dar primer servicio (controlar la variabilidad en días en leche a primer servicio) y 2) Después del primer servicio (re enrolar o re-sincronizar a la brevedad, vacas que resultan no gestantes al diagnóstico).

Referencias 
Cartmill, J. A., S. Z. El-Zarkouny, B. A. Hensley, G. C. Lamb, and J. S. Stevenson. 2001. Stage of cycle, incidence, and timing of ovulation, and pregnancy rates in dairy cattle after three timed breeding protocols. J. Dairy Sci. 84:1051-1059.
Fricke, P. M., D. Z. Caraviello, K. A. Weigel, and M. L. Welle. 2003. Fertility of dairy cows after resynchronization of ovulation at three intervals after first timed insemination. J. Dairy Sci. 86:3941-3950.
Gümen, A., J. N. Guenther, and M. C. Wiltbank. 2003. Follicular size and response to Ovsynch versus detection of estrus in anovular and ovular lactating dairy cows. J. Dairy Sci. 86:3184-3194.
Lopez, H., L. D. Satter, and M.C. Wiltbank. 2004. Relationship between level of milk production and estrous behavior of lactating dairy cows. Anim. Reprod. Sci. 81:209-223
Pursley, J. R., M. O. Mee, and M. C. Wiltbank. 1995. Synchronization of ovulation in dairy cows using PGF2α and GnRH. Theriogenology 44:915-923.

Artículo del Dr. 
Wisconsin
Ph. D.

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